viernes, 28 de noviembre de 2014

Familias adoptivas, ¿por qué se comporta mi hij@ así?

Hoy, utilizaremos un documento gráfico visual, para daros claves útiles en la comprensión de determinados comportamientos disruptivos en niñ@s adoptad@s, mediante el análisis de la película española: "La Vergüenza"



Manu es un chico de 8 años de origen Peruano; en su corta vida ha pasado por tres familias y numerosos centros de acogida, actualmente se encuentra en régimen de acogimiento por una familia española madrileña, la cual realiza una petición para la tramitación de su adopción. La anterior familia, también española, de Badajoz, descuidó bastante al crío en todos los aspectos, el más visible estéticamente es el bucal, por ello, Manu asiste todas las semanas al dentista.
En cuanto a su historia familiar biológica, solo se hace mención de la madre, Rosa, alcohólica y posible toxicómana, que es apartada del crío por asuntos sociales de Perú cuando todavía este es muy pequeño, por ello, el infante desconoce la existencia de su madre natural, lo que influirá de manera significativa en su adquisición de identidad y autoconcepto.

El niño presenta trastornos de conducta, en un principio fue diagnosticado de TDAH y le suscribieron tratamiento farmacológico, más tarde, volvieron a valorar el diagnóstico como erróneo, pero sigue tomando la medicación en dos dosis diarias, una de mañana y otra de noche.

Sintomatología y diagnóstico:

  • Se come las uñas, nerviosismo.
  • Numerosos episodios de ansiedad e impulsividad.
  • Comportamientos disruptivos centrados sobre todo en la figura del padre adoptivo: echa pegamento a la cerradura de casa, borra un documento importante del padre, intenta matar unos peces, tira las lentillas del padre al wc, etc.
  • Desafía activamente a sus tutores negándose a cumplir ciertas demandas.
  • Déficit de atención y problemas de aprendizaje.
  • No se identifica con su nombre adoptivo ni con el de origen, sus tutores de acogida deciden ponerle otro nombre, Manu, al que si responde.
  • Enuresis diurna en estados de agitación fisiológica. ("pipí")
  • Retraído y poco comunicativo.
  • Tristeza y llantos recurrentes.
  • Discriminación social por parte de iguales, bullying escolar.

Según los síntomas observados, el diagnóstico de Manu se podría enmarcar en DSM-IV-TR como un cuadro clínico combinado de trastornos de las emociones y trastornos conductuales.
Debido a sus antecedentes de adopciones, el pequeño procede de una familia desestructurada, donde sufre su primera separación de su madre natural cuando todavía es un bebé, más tarde pasa por múltiples centros de acogidas y varias familias que de nuevo lo rechazan y lo abandonan, es importante señalar aquí, que el pequeño es de origen peruano y que es trasladado desde su lugar de procedencia a España, país con otra cultura y normas diferentes, por lo que contribuye a una nueva pérdida, la de sus lazos culturales e identidad.
El pequeño adquiere, tras sucesivos ensayos, miedo y ansiedad anticipatorios al posible abandono, manifestado mediante tristeza, llantos, enuresis y nerviosismo ante una nueva familia que finalmente otra vez se deshaga de él, provocando también, una baja autoestima y autoconcepto con un consecuente aislamiento social. Esta sintomatología se puede evaluar como Trastorno de Ansiedad por Separación.

En cuanto a los trastornos de conducta, cuya manifestación es más significativa, el diagnóstico sería Trastorno Negativista Desafiante cumpliendo los criterios de DSM-IV-TR. Su aparición se ha dado antes de los ocho años de edad, el crío proviene de un entorno conflictivo, presenta conductas desafiantes y hostiles hacia la autoridad familiar cuya duración es mayor de 6 meses, baja autoestima, problemas de atención con posible hiperactividad y escasez comunicativa.


Lo ideal sería para poder darle un enfoque sistémico global a la evaluación e intervención, el testimonio de la familia biológica de Manu, en especial, su madre y su padre natural, para que expliquen detalladamente su relación de pareja si existió o no y las posibles causas que originaron la retirada de la patria potestad; por otro lado, sería bastante significativo recabar informes de los centros de acogida y de las familias anteriores en las que estuvo el niño, para ver el trato y la relación que tuvieron con él. Por último y no menos importante, sería esencial, obtener información detallada de los padres adoptivos actuales, sus antecedentes familiares sanitarios, psicológicos y relacionales y sobre todo, la relación de pareja actual de los adoptantes, para verificar posibles conflictos internos encubierto que puedan influir negativamente en el infante.











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